Leer a la intemperie: Desencadenando acciones de promoción de la lectura más allá de los muros
Eje temático:
Problemáticas de la enseñanza de la literatura en los distintos niveles y
modalidades del sistema educativo y en el más allá de la escuela.
Darío
Scherich
Introducción
El
presente trabajo no es el resultado de una investigación ni pretende mostrar hallazgos
ni estados de arte ni nuevos aspectos de una teoría. Es el resultado de una
trayectoria docente puesta siempre en constante reflexión. El presente trabajo
no es un producto, mucho menos un producto acabado. En él se sugieren ciertas
reflexiones que fueron y siguen apareciendo en las prácticas cotidianas de cada
docente pero que, por no ponerlas en valor, quedaron ancladas como anécdotas
aunque, se hacen presentes en los estilos,
los modos, las miradas del ser docentes. Sabrán todos disculpar éste abuso, lo
hago considerando que la experiencia pedagógica debe ocupar un lugar más justo,
que el del individuo en la soledad institucional,
para la construcción plural de la escuela y sus aconteceres cotidianos. La
experiencia pedagógica, debe escribirse y socializarse.
Es necesario mencionar la importancia que
adquiere aquí el haberse propuesto
curricularmente la narrativa pedagógica para recuperar el saber cotidiano que
se construye en las aulas, el darle al docente status de investigador y de la
mirada socio-crítica que se busca construir como mirada de cada escuela. Sin
estas sugerencias teóricas y prescripciones curriculares no hubiera sido
posible el atrevimiento. Entre algunas de las ideas que se piensan poner a reflexionar
se considera que la de libertad es esencial como estructuradora de toda
experiencia educativa, más en tiempos en
que no sabemos a ciencia cierta dónde empieza y dónde termina la da cada uno.
Por otra parte, e imbricada en la anterior: la lectura y algunas de sus prácticas.
La ponencia se realiza en el marco de la
voluntad individual y, además, desde las
experiencias vividas como integrante de la Planta Orgánica del Profesorado en
Educación Secundaria en Lengua y Literatura del ISFD Cecilia Braslavsky, de
Salto Encantado, Misiones. Las experiencias
que vertebran la ponencia son tomadas del campo de las prácticas
pedagógicas, las Didácticas de la Lengua
y la Literatura I y II y, de mi propia
biografía docente.
Espacios habitables...
Trabajar en equipo y desde espacios
curriculares tan vitales y complejos como los son las Prácticas nos sitúa ante
la necesidad de acuerdos mínimos referidos a las concepciones
pedagógico-didácticas en las que cada docente se instala. En ocasiones, son necesarios
ciertos corrimientos, un ir hacia el otro, hacia el colega, un encontrarse
voluntariamente para dar unidad y coherencia a las trayectorias educativas que
diseñamos, guionamos y proyectamos.
En la categoría de los acuerdos existen
algunos que son transversales a toda práctica y propuesta de formación y que,
en gran parte, la definen. En primer lugar, la concepción de enseñanza: enseñar
es una actividad heurística (Trillo Alonso, 2016, 11), una actividad artesanal
en la que se re-inventan las formas de relación entre los sujetos y los
saberes; los sujetos y los sujetos; los
sujetos y los espacios, los tiempos y los objetos didácticos teniendo en cuenta
la situación educativa, el contexto particular, el momento. Enseñar es,
entonces, el arte de re-inventar intervenciones pedagógico-didácticas situadas,
contextualizadas y temporalizadas. Ésta idea nutre, a su vez, la de didáctica
y, afirmamos que se constituye en la mirada particular que sostenemos cuando
realizamos nuestras prácticas escolares cotidianas. Éstas prácticas se
inscriben en una fluidez que no se detiene (o no debería hacerlo) si no fue
pensada para que sí lo haga, para que sí se interrumpa; se caracterizan por
hipotetizar previstos e imprevistos, por constituirse como un plan de acción
flexible, dinámico, interdisciplinario, versátil y; además, por proporcionar
conciencia del camino por recorrer, es decir, es y debe ser comunicable. La
práctica, en consecuencia es la aceptación de la complejidad y de la
incertidumbre y, al mismo tiempo,
...son construcciones, que como tales son
históricas, producto de las acciones de los sujetos que intervienen en ellas y
que, por lo tanto, son posibles de modificar, permiten siempre otras
resoluciones, son producto de un complejo articulado entre necesidad y
contingencia. (Sanjurjo, 2015, 27)
Muchas experiencias didácticas cuando son rotuladas como exitosas o modélicas,
suelen caer en lo que el lenguaje de la informática denomina redundancia
cíclica, es decir, en la repetición y consecuente mecanización de la propuesta
o su rutinización y pérdida de significatividad. Si algo salió bien ¡que se
repita! Para evitar la repetición, entonces, como equipo, nos concentramos en la posibilidad de mejoras
y ampliaciones, es decir, de re-inventar siempre las propuestas didácticas que
construimos. Se trata de actualizarlas
constantemente, de contemporaneizarlas, de inscribirnos en la continuidad y de fluir
hacia el mejoramiento de los trayectos formativos y en particular de las experiencias de la
práctica.
Esta manera de plantearnos en un proceso continuo, que se inicia en primer año y se cierra en cuarto (aunque no se agota), nos permitió repensar un proyecto iniciado en el 2014 y romper, a partir de ello, los muros institucionales. Considerando que dentro de la propuesta planteamos la posibilidad de incluir otros espacios, diferentes de los tradicionalmente vistos como únicos espacios escolares (una plaza, un paseo público, un centro cultural, etc.) la propuesta se fue re-invnetando hasta convertirse en la "I Jornada Abierta de Lectura".
La plaza, el paseo cultural, el cielo abierto, la brisa despertando la primavera entre el follaje de los árboles; la cercanía de muchos otros que antes nos miraban desde la distancia, entonces, puso en marcha nuevos modos de aproximarnos a la lectura, nuevos modos de leer con el otro y para el otro, de escuchar y de escucharnos, de pluralizar las voces y de leer por el placer de leer y,
Si se lee por placer [...], obedecer a las leyes del
placer, la primera de las cuales, y la única, es la ley de la libertad. Libertad de los condicionamientos en que se
encierra a la lectura, en sus utilidades: instruir, informar, refinar el gusto,
estimular la reflexión. (Aira, 2016)
Escuchaba hace poco, nuevamente permítanme el "yo", un decir que tal "...profesor es una mala influencia porque, los hace pensar...", habría que definir ¿qué es ser una mala influencia?; pero, no es el tema que nos ocupa. Siguiendo a Aira y en consonancia se nos aparece la frase, más popular: "Pensar nos hace libres". Por tal motivo, no nos parece que el "tal profesor" esté haciendo mal las cosas, muy por el contrario, la enseñanza debe ser un acto liberador y el aprendizaje un acto liberatario para los sujetos y; la lectura, debe ser un acto libertario para los lectores. Es, solamente, recordar el discurso de Paulo Freire y no repetirlo mecánicamente por quedar bien o, lo que es peor, por no quedar mal. Se es libre por el pensamiento y por la conciencia y voluntad de serloHace unos años, en un CEBA (Centro de Educación Básica para Adultos) en la ciudad de Godoy Cruz, Mendoza, un grupo de estudiantes leía un fragmento del Texto "Tres Héroes" de José Martí, tomado de la Colección LeerxLeer tan bien conocida por todos; terminada la lectura comenzaron a duialogar en torno a la pregunta ¿qué se necesita para ser libres? El diálogo, muy pronto, se transformó en debate. Unos seis o siete estudiantes rodeaban al profesor y lo bombardeaban a preguntas; menos uno, que permanecía de pie y en silencio a su lado. El profesor se aturdió, como suele pasar cuando tantas voces simultáneas nos envuelven y, para relajar el momento preguntó al calladito, sin dar vueltas: "Y, a vos, ¿qué te parece?" "Para mí, profesor, el único requisito para ser libres es no ser hipócritas", contestó el calladito y dejó atónitos a todos y cada uno se fue a su lugar con una conclusión clara. Al profesor le pegó en el alma la respuesta.
El mismo profesor, que en esa escuela también era considerado una mala influencia para sus estudiantes porque los hacía pensar, trasladó la sentencia a la lectura: "El único requisito para que la lectura sea liberadora, es que no sea hipócrita". Seamos claros, la hipocresía hoy, la hipocresía en las prácticas, es como un saco apolillado: todos podemos ver sus agujeros. Leer sin hipocresía quuiere decir leer haciéndonos cada vez más libres; enseñar Lengua y Literatura sin hipocresía es enseñar promoviendo la construcción de la libertad del otro y desde marcos teóricos y curriculares en los que verdaderamente creemos.
Transitar la construcción del proyecto
El proyecto se inscribe en una propuesta
apoyada en el aprendizaje basado en el
servicio a la comunidad. En este sentido, el escenario elegido nos permitió
involucrar una gran diversidad de actores y no solo los que se consideran
necesariamente institucionales, también,
a aquellos que transitan el más allá y sus fronteras. Como servicio a la
comunidad fue necesario actuar a partir de una doble singularidad: la
necesidad promover acciones
significativas en la formación de los futuros profesores y, por otra parte, la
de generar instancias de encuentro abierto,
donde la lectura ocupe un lugar protagónico. Teniendo en cuenta los
trayectos de formación académica, sostenemos que
...el
aprendizaje experiencial es el que permite a los estudiantes vincular el
pensamiento a la acción, y que pretende desarrollar en ellos la capacidad de
construir, aplicar y transferir significativamente el conocimiento al enfrentarlos a los fenómenos de la vida real,
con el supuesto que sólo así es posible desarrollar habilidades complejas y
construir un sentido de competencia profesional. (Díaz Barriga Arceo: 2006, p.98
)
La planificación y organización de la
Jornada Abierta de Lectura fue una suma
de procesos cooperativos, autorreflexivos y participativos que
permitieron a los estudiantes ubicarse en la zona de transición hacia el ser
profesor y, desde allí; comenzar a asumir
posturas críticas sobre los enfoques de enseñanza de la lectura para, desde su
formación inicial, sumarse a la lucha histórica, social y política pensando
modos y estilos que permitan
adecuaciones a las particularidades que cada contexto de intervención
pedagógica exige. Estos procesos surgen
no solo de la intención clara de echar a rodar como una bola de nieve al
proyecto para que crezca sino, también, de la necesidad y las contingencias.
Por un lado, la necesidad de incluir cada año una nueva cohorte en la
experiencia, consecuentemente re-pensar sus intervenciones y; por el otro, la
creciente matrícula de la institución y un espacio inapropiado nos llevaron a
re-pensar, re-inventar toda la propuesta. Asimismo, pensamos que como
intervención socio-comunitaria, la literatura y la lectura literaria son el medio más democrático y respetuoso para la
transmisión de la cultura pues, deja libre al lector a las interpretaciones que
pueda realizar a partir de su propia historia con la lectura y con el mundo.
Mucho antes al 29 de septiembre de 2016,
fecha en que se concretó la I Jornada Abierta de Lectura, comenzamos a proponer
acciones, reflexionarlas, dialogarlas, re-pensarlas, re-inventarlas y
re-diseñarlas. Por supuesto, necesitábamos un marco que, hasta cierto
punto, nos proporcionaron los campos de
formación general y de la propia práctica pero, no eran suficientes; por ello,
simultáneamente, abordamos cuestiones de la didáctica específica, la lectura
crítica del currículum para el Nivel Secundario y analizamos las experiencias
previas de la jornada que nos llevaron a re-configurarla. El objetivo era -y lo sigue siendo- discutir
premisas sobre la lectura y su enseñanza e intersectar verdades y creencias
para construir un saber didáctico específico en el cual podamos posicionarnos
y, a partir de allí, reflexionar y re-inventar las prácticas de lectura. En
síntesis, lo que buscamos es que cada estudiante mire sus propuestas de
práctica con argumentos que la validen, que le den sentido y que la sitúen en
un contexto particular. Ahora bien, nada de esto hubiera sido posible si
transversalmente no hubiéramos puesto a la cooperación y al espíritu
colaborativo para avanzar hacia nuestros propósitos que; por otro lado, deben ser compartidos por todos los actores
que participan. Dicho en otras palabras, la colaboración y la cooperación son
contenidos que deben ser aprendidos por los sujetos en proceso de formación
docente y re-significados, también, por los docentes formadores.
Sabemos que una de las grandes vallas que
topa el camino que da salida a la crisis educativa en general y a la formación
de lectores en particular es la falta de
unidad de enfoques que propone la escuela;
esto podría atribuírsele, en parte, a que la tradición de trabajar en
equipo está condicionada por el verticalismo imperante en la mayoría de las
instituciones y es, sin dudas, el
residuo más difícil de sacar que nos queda de la vieja escuela. Por esta razón,
generar horizontalidad, poner en diálogo
y llegar a acuerdos compartidos cuestiones pedagógicas y didácticas es
fundamental desde la formación inicial para que, gradualmente, sucedan los
cambios deseados hacia una mejor educación y una escuela más inclusiva y de calidad. Se trata , de
leer en otras claves la realidad que se habita (o habitará) para interpretarla mejor y así, orientar las prácticas pudiendo explicarlas y
justificarlas. Se trata entonces, de re-escribir las prácticas en comunidad y
en libertad para, aprender a convivir en
comunidad y en libertad. Dice Sarah Hirschman (2011):
El
poder de la literatura,[...], consiste en generar temas de discusión inesperados, que
ponen a prueba las respuestas hechas; establece una disposición al juego que
fomenta el tanteo y la experimentación, y su profusión de detalles poéticos
mueve a la imaginación y la conduce más allá de los lugares comunes. Estos
aspectos [...] tienden a
suscitar la creatividad de la gente antes de que la resistencia se asiente;
produce una atmósfera en la que la disposición a maravillarse y 'descubrir' vence la
reticencia a adentrarse en nuevos territorios. [...] demandan un esfuerzo intelectual, incluso quizá un
esfuerzo cooperativo con colegas antes impensados. (p.108)
Si asociamos las ideas de lectura,
comunidad y libertad tanto para pensar y re-pensar las prácticas culturales
como las prácticas de formación de
profesores o de promotores de lectura y de
lectores, se hace necesario
pensar y construir las propuestas y experiencias pedagógico-didácticas desde
esas mismas ideas. Las tres, a su vez, requieren de la colaboración, la
cooperación, de trabajar sin "...negar o ignorar esa venida
imprevisible e incalculable del otro, pues,
también eso es el saber,..." (Derrida: 2009, p. 60).
En conclusión, se trata de desencadenar
acciones de promoción de la lectura; en particular, de la literaria pero sin menospreciar las
lecturas que nos ofrecen otros
materiales en diferentes soportes. Éstas acciones, si bien se enmarcan en la
continuidad que propone todo proceso, desde su etapas fundacionales fueron
mutando año a año, y con ella fueron mutando, también, los saberes docentes. La
experiencia es el gen que provoca el "evoluir" -permítanme aquí, un
último exceso de confianza y dejar intervenir en mi discurso una palabra de
origen brasileño que revela, mí propio
hábitat: el "portuñol"- y, permítanme, tomarlo en el sentido en que
es tomado en Brasil, como transformarse gradualmente. Aprender es "evoluir", transformarse
gradualmente durante un proceso que requiere que las prácticas también se
transformen. No se vale -dirían los niños- repetir y repetir porque una vez
salió bien. Se trata de ser críticos con la cotidianeidad del aula, con la
experiencia que ésta nos proporciona, de escribirla ¿por qué no? y de ponerla
en comunidad. En la formación inicial, es transformarse hacia un ser docente; se
transita el territorio laxo entre el ser y el no ser y, se caracteriza por
tener instaladas en el horizonte ciertas previsiones del futuro. Ésas
previsiones en principio son hipotéticas, sujetas a experiencias previas que
buscan moverse por un trayecto que colaborará y cooperará en la construcción
del ser docentes. "No se aprende en la soledad" dice la Rectora del
ISFD y, coincidimos con sus decires, por ello el énfasis está puesto en la
libertad, pues, salirse de la soledad es salirse hacia el otro, ir a su
encuentro, dialogar, conversar, discutir, proponer y hacer con y para el otro
aunque, y al mismo tiempo, para nosotros mismos. Dentro de las maneras de
relacionarnos antes mencionadas, la lectura debe asumir la forma de vasos
comunicantes, debe poder conectarnos con la mirada del otro, permitir que
fluyan diálogos; debe permitirnos el
ejercicio de la escucha, que tanta falta nos hace a los argentinos; debe
generar "La gran ocasión" (Montes: 2006) para formar ciudadanos
libres, críticos, autodeterminados y con plena conciencia de sus derechos y,
también, no nos olvidemos, de nuestras obligaciones. Coincidimos con Laura
Devetach (2008) cuando expresa que la duda es un buen territorio para
instalarse en la reflexión y el conocer pero que, hace falta agregar la capacidad de elección "... como parte de un proceso de
crecimiento y construcción." (p. 73)
Leer a la intemperie significa para
nosotros leer a cielo abierto, cobijados por nuestras experiencias culturales y
de lecturas previas, protegidos por nuestra libertad para leer desde esas
experiencias previas e ir entrecruzándolas con las de todos los otros posibles
y transitar, así, el camino que lleva, al menos ése es el deseo compartido, como bien lo expresa Giardinelli (2007), hacia
"...la construcción una nación de ciudadanos lectores" (p. 62).
Ahora, Uds. se preguntarán cómo, voy a intentar
transmitir una respuesta que parece sencilla; se trata de una Leyenda Amerindia,
epígrafe del Epílogo en Leer el Mundo de Michèle Petit:
"SOLO, el pequeño colibrí se ponía en
movimiento, yendo a buscar algunas gotas con su pico para arrojarlas al fuego.
Después de un momento el Tucán, fastidiado por esta agitación sin sentido, le
dijo: '!Colibrí! ¿Estás loco? ¿Crees que con esas gotas de agua apagarás el
fuego?'. Y el colibrí le respondió: 'No, pero hago mi parte'." (pp. 201)
Bibliografía
·
Aira,
César (2016): Un discurso Breve. Festival Internacional de Literatura de Berlín.
Tomado de: www.abs.es/cultural/cultural/abci-cesar-aira-lectura-201609101740_noticia.html
·
Bombini;
Gustavo (2016): Reinventar la la enseñanza de la
lengua y la literatura. Buenos Aires, Argentina. Libros
del Zorzal, Colección Formación docente; Serie Lengua y Literatura.
·
Bruner,
Jerome: Realidad mental y mundos posibles: Los actos de la imaginación que dan sentido
a la experiencia. Gedisa. 1988.
·
Devetach,
Laura (2008): La construcción del camino lector. Córdoba, Argenina. Editorial Comunicarte.
·
Díaz
Barriga Arceo, Frida (2006): Enseñanza Situada: Vínculo entre la Escuela y la vida.
Buenos Aires, Argentina. McGraw-Hill Interamericana.
·
Giardinelli,
Mempo (2007): Volver a leer: Propuestas para ser una nación de lectores. Buenos
Aires, Argentina. Edhasa.
·
Hirschman,
Sarah (2011): Gente y cuentos ¿A quién le pertenece la literatura? Las comunidades
encuentran su voz a través de los cuentos. Buenos Aires, argentina. FCE.
·
Montes,
Graciela (2006): La gran ocasión, Buenos Aires, Argentina. Ministerio de
Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación.
·
Petit, Michèle (2016): Leer el mundo. Experiencias
actuales de transmisión cultural. Buenos Aires, Argentina. FCE.
·
Sanjurjo,
Liliana (2015): "Razones que fundamentan nuestra mirada acerca de la
formación en las prácticas". En: Los
dispositivos para la formación en las prácticas profesionales. Rosario,
Argentina. Homo Sapiens Ediciones.
·
Trillo
Alonso, Felipe y Sanjurjo, Liliana (2016): Didáctica para los profesores de a
pie. Propuestas para comprender y mejorar la práctica. Rosario, Argentina. Homo
Sapiens Ediciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario